domingo, 9 de septiembre de 2007

Un poco de historia ...

La Región Metropolitana ha sido testigo de una serie de cambios que han dado paso a la modernidad y a la urbanización acelerada. Cada día es más frecuente ver condominios sobre los cerros, centros comerciales y colegios ubicados en la periferia de la ciudad, lo cual es un importante indicio de la enorme expansión que ha sufrido nuestra capital durante las últimas décadas. Algunas de las consecuencias que este avance ha ocasionado es que gran parte de los barrios emblemáticos de la ciudad han ido quedando en el pasado y su esencia poco a poco se ha ido oscureciendo. En el sector poniente de Santiago, más específicamente en la comuna de Santiago Centro, está ubicado uno de los barrios más característicos de la capital: Brasil. Este sector cuyo nombre nace a partir de su calle principal, Avenida Brasil, está delimitado por las calles Agustinas, Panamericana Norte-Sur, Rosas y Ricardo Cumming y se encuentra perpendicular a la Av. Del Libertador General Bernardo O’Higgins. Desde sus principios hasta hoy, Brasil es considerado un lugar con identidad propia y rebosante de bohemia y cultura, lo cual le ha permitido sobrevivir en alguna medida a la feroz irrupción del hombre y sus máquinas.

A mediados de los años veinte, el Barrio Brasil nace como cuna de la alta sociedad santiaguina y es en él donde se concentraba la preponderante oligarquía criolla de esos tiempos. Este elegante y exclusivo sector albergaba a las familias más adineradas de la aristocracia chilena, quienes cada tarde se reunían en la Plaza Brasil para lucir sus refinados atuendos y enterarse de los últimos chismes.
Los residentes de este barrio se encontraban totalmente ajenos a la realidad del resto del país e incluso del mundo, el cual estaba viviendo las consecuencias y difícil situación de post guerra. Con el pasar de los años, cientos de inmigrantes dedicados al comercio y la industria, integrantes de partidos políticos radicales y banqueros comenzaron a poblar las calles del Barrio Brasil. Todas estas personas conformaban la clase media ascendente del país, lo cual causó gran disgusto en los antiguos residentes, ya que se suponía que el sector fuera sólo para miembros de la elite santiaguina. La llegada de estos trabajadores no sólo generó un cambio en la estructura de la zona, sino que además una modificación en sus edificaciones, las cuales en un principio tenían un estilo neogótico y que poco a poco se fueron mutando hasta llegar al estilo neoclásico o tradicional chileno. Junto con el gobierno de Alessandri, las generaciones de la laboriosa clase media fueron apoderándose cada vez más de esta área, lo que generó la inminente migración de las clases altas hacia el sector oriente de la capital, situación que también afectó a otros sectores aledaños. A pesar de las mutaciones que este lugar sufrió durante la década del cuarenta, a comienzos de los años noventa sus calles comienzan a renacer y su voz se escucha un poco más fuerte. Ante la agitada vida santiaguina de ese tiempo, surge la necesidad por parte de intelectuales y artistas de levantar el Barrio Brasil y convertirlo en un centro cultural y foco de inspiración para sus obras de arte. Así comienza una etapa de reconstrucción y restauración de antiguos edificios, la Plaza Brasil se viste de colores mediante la presencia de llamativos juegos infantiles y se potencia el área gastronómica y comercial lo cual permite la revaloración de la zona.

http://portalbarriobrasil.cl

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